lunes, noviembre 12, 2007

El taller de un Trenzador.

Lugar de trabajo, pero sobre todo de desconexión con el mundo exterior. De introspección, donde las horas se pasan rápido, porque lo que se está haciendo allí se realiza con gusto y con el alma. El taller es un ámbito personal, donde el trenzador sabe de memoria en qué lugar exacto se encuentran sus múltiples herramientas. Lugar de amistad con los seres queridos con quienes se comparte el mate y la charla amena. En el invierno crudo, o en los días lluviosos a qué artesano no le gusta sentarse y disfrutar de su existencia entre esas cuatro paredes.









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