
viernes, agosto 31, 2007
Trenza de cinco Chata y de Seis Redonda

Dos obras más

jueves, agosto 30, 2007
Sobre la soguería en otros países: el caso de los EEUU (Parte V - Riendas). Nota Final






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martes, agosto 28, 2007
Obras didácticas sobre soguería criolla: otro autor estadounidense

Un espacio para iniciación de la soguería

domingo, agosto 26, 2007
Sobre la soguería en otros países: el caso de los EEUU (Parte IV - Bosales 2)




*Adding contrasting color in the full pattern or in partial pattern.
sábado, agosto 25, 2007
viernes, agosto 24, 2007
Un cuento sobre soguería gaucha: "El Trenzador" de Ricardo Güiraldes (1886-1927)

Su organización de genio le encauzó en senda fija, y vivió con la única preocupación de su arte.
Sufrió la eterna tragedia del grande. Engendró y parió en el dolor según la orden divina. Dejó a sus discípulos, con el ejemplo, mil modos de realizarse, y se fue atesorando un secreto que sus más instruídos profetas no han sabido aclarar.
Fueron para el comienzo los botones tiocos del viejo Nicasio, que escupía los tientos hasta hacerlos escurridizos. Luego, otras: las enseñanzas de saber más complejo.
Núñez miraba, sin una pregunta, asimilando con facilidad voraz los diferentes modos, mientras la Babel del innovador trepaba sobre sí misma, independientemente de lo enseñable.
Una vez adquirida la técnica necesaria, quiso hacer materia de su sueño. Para eso se encerró en los momentos ociosos y en el secreto del cuarto; mientras los otros sesteaban, comenzó un trabajo complicado de trenzas y botones que vencía con simplicidad.
Era un bozal a su manera, dificultoso en su diafanidad de ñandutí. A los motivos habituales de decoración uniría inspiraciones personales de árboles y animales varios.
Iba despacio, debido al tiempo que requería la preparación de los tientos, finos como cerda; a la escasez de los ratos libres; a las puyas de los compañeros, que trataba de eludir como espuela enconosa, llevadera a malos desenlaces.
¿Qué haría Núñez tan a menudo encerrado en su cuarto?
Esa curiosidad del peonaje llegó al patrón que quiso saber.
Entró de sorpresa, encontrando a Núñez tan absorbido en un entrevero de lonjas, que pudo retirarse sin ser sentido.
Al concluir la siesta, mandóle llamar, encargándole irónicamente compusiera unas riendas en las cuales tenía que echar cuatro botones sobre el modelo inimitable de un trenzador muerto.
Al día siguiente estaba la orden cumplida. La obra antigua parecía de aprendiz.
Fue un advenimiento.
Así como un pedazo de grasa se extiende sobre la sartén caldeada, corrió la fama de Núñez.
Los encargos se amontonaron. El hombre tuvo que dejar su trabajo para atender pedidos. Todos sus días, a partir de entonces, fueron atosigados de trabajo, no teniendo un momento para mirar hacia atrás y arrepentirse o alegrarse del cambio impuesto.
Meses más tarde, para responder a las exigencias de su clientela, mudóse al pueblo donde mantuvo una casa suficiente a sus necesidades de obrero.
Perfeccionábase, malgrado lo cual una sombra de tristeza parecía empañar su gloria.
Nunca fue nadie más admirado.
Decíanlo capaz de trenzarse un poncho tan fino, tan flexible y sobado como la más preciada vicuña. Remataba botones con perfección que hacía temer brujería; injería costuras invisibles. Le nombraban como rebenquero.
La maceta de sobar era parte de su puño; el cuchillo, prolongación de sus dedos hábiles. Entre el filo y el pulgar salían los tientos, que se enrulaban al separarse de la lonja.
Aleznas de diferentes tamaños y formas asentaban sus cabos en el hueco de la mano, como su nicho habitual.
Humedecía los tientos, haciéndolos patinar entre sus labios; después corríalos contra el lomo del cuchillo hasta dejarlos dúctiles e inquebrables.
Corre también que poseyó una curiosa yegua tobiana. Cada año le daba un potrillo oscuro y otro palomo. Núñez los degollaba a los tres meses para lonjearlos, combinando luego, blancos y negros, en sabias e inconcluíbles variaciones, nunca repetidas.
Durante cuarenta años puso el suficiente talento para cumplir lo acordado con el cliente.
Hizo plata, mucha plata; lo mimaron los ricachos del partido; pero hubo siempre una cerrazón en su mirada.
Viejo ya, la vista le flaqueaba a ratos, y no alcanzó a trabajar más de cuatro horas al día. Cuando insistía sobre el cansancio, las trenzas salían desparejas.
Entonces fue cuando Núñez dejó el oficio
El pobre casi decrépito, pudo al fin disponer libremente de su vida.
No quería para nada tocar una lonja y evitaba las conversaciones sobre su oficio, hasta que, de pronto, pareció recaer en niñez.
Le tomó ese mal un día que, por acomodar un ropero, dio con el bozal que empezara en sus mocedades. El viejo, desde ese momento, perdió la cabeza; abrazó las guascas enmohecidas y, olvidando su promesa de no trenzar más, recomenzó la obra abandonada cincuenta años antes, sin dejarla un minuto, en detrimento de sus ojos gastados y de su cuerpo, cuya postura encorvada le acalambraba.
Cada vez más doblado, en la atención fatal de aquel trabajo, murió don Crisanto Núñez.
Cuando lo encontraron duro y amontonado sobre sí mismo, como peludo, fue imposible arrancarle el bozal que atenazaba contra el pecho con garras de hueso. Con él tuvieron que acostarlo en el lecho de muerte.
Los amigos, la familia, los admiradores, cayeron al velorio y se comentó aquella actitud desesperada con que oprimía el trabajo inconcluso.
Alguien, asegurando que era su mejor obra, propuso cortarle al viejo los dedos para no enterrarle con aquella maravilla.
Todos le miraron con enojo: "Cortar los dedos a Núñez, los divinos dedos de Núñez".
Un recuerdo curioso e indescifrable queda del gesto de zozobra con que el viejo oprimía lo que fue su primera y última obra. ¿Era por no dejar algo que consideraba malo?
¿Era por cariño?
¿O simplemente por un pudor de artista, que entierra con él la más personal de sus creaciones?
Sobre la soguería en otros países: el caso de los EEUU (Parte III- Bosales)


jueves, agosto 23, 2007
Sobre la soguería en otros países: el caso de EEUU (Parte II)

- Lista de herramientas
- Uso y descripción de las herramientas
- Preparación del material
- Plaiting 4, 6, 8 and 12.
- Botones: Spanish Ring Knot - 2 and 3 Passes, Six Bight Turk’s Head, Herringbone and Gaucho Weave for the 6 Bight Turk’s Head, Long Pineapple Button (one string) and 2,3, and 5 String Appliqué Braids.
- Finally, instructions how to give your braided items thefinished professional look.
El autor presenta su libro con las siguientes palabras:
"Do you have interest in beginning or need help with your leather and rawhide braiding skills? I have made the 1st notebook I use in my Basics I Workshop available to those who may not be able to attend a workshop with me. It is a must for all leather and rawhide braiders from beginners to those who are accomplished. The affordable notebook is chuck full of illustrations, text and braided buttons not readily available in other publications. The 45 plus pages notebook is the first int the series. The notebook is in black and white, the illustrations are in pen and ink, ample space has been left for personal notes and all this comes in a spiral bound vinyl cover. The text and illustrations are intermixed to aid understanding and to keep one from becoming lost while referring between the notebook and the work in progress".
Y comienza con algunas de estas ilustrativas explicaciones:
La soguería norteamericana (Parte I)

Los estadounidenses y los australianos también trenzan


miércoles, agosto 22, 2007
El sacado de tientos
Observese el dispositivo hecho con madera donde se fija el cuchillo con el motivo de obtener tientos de igual medida.
Piezas





Estas son algunas imágenes que he podido recabar de la Internet hasta el momento. Como se puede apreciar en los dos primeros casos (fotos 1 y 2) los acabamientos no están realizados en cuero siendo sustituido por terminación con plata.
martes, agosto 21, 2007
Os Encourados - Video II
Quien gustó de las nota "Os Encourados" que fuera publicada, tendrá la posibilidad de contemplar ahora cómo es el Sertão Nordestino.
lunes, agosto 20, 2007
Una historia pictórica del trabajo con cuero del siglo XIX


domingo, agosto 19, 2007
El cuero y sus herramientas. Un estudio histórico 1700-1950

viernes, agosto 17, 2007
Soguería y religiosidad


El objetivo de exhibir estas piezas (que forman parte de la colección dispuesta a la venta en el local Pampa Gaucha ubicado en Calle Alsina 1609, Buenos Aires, Argentina) no tiene relación con querer exaltar alguna religión en particular (por más que en este caso sean símbolos de adoración Católica). La verdadera razón se debe a que me llamó la atención hasta que punto el arte de la soguería criolla puede "traspasar" el umbral de la confección de objetos tradicionales los cuales -por más que sean dignos de belleza y complejidad- podemos apreciar habitualmente en una feria, exhibición o concurso.
jueves, agosto 16, 2007
Os Encourados ( 2da. parte)
Os Encourados
Entre los vaqueros sertanejos (nordeste brasilero) existen artesanos del cuero que confeccionan trajes típicos conocidos como gibãos. Armaduras de cuero que tiene como finalidad cuidar al jinete de la flora espinada del lugar. Los conocimientos son trasmitidos de padres a hijos.
miércoles, agosto 15, 2007
El legado de Trenzas Gauchas (Trenza de cuatro redonda)
